Las zonas exteriores de una vivienda cuya fachada está compuesta en su gran mayoría o integra en piedra, los acabados son esos detalles que imprimen la elegancia de un trabajo bien hecho, estas labores podrían ser los suelos de los distintos accesos a la casa, siempre rústicos y mejor con piedra elaborada de losa u otros materiales que nos indiquen el estilo deseado.
En este apartado pasaré a explicar, como he confeccionado simplemente con algunos retales de losa que me sobraron de la fabricación de alfeizar de algunas de las ventanas, el suelo en rústico con piedra en losa de la entrada principal de la vivienda. Se podría haber colocado tranquilamente un tipo de superficie similar al pensado que existe en el interior, pero en material anti-deslizante, pero para guardar una consonancia y así acompañar el estilo de todos los parámetros horizontales exteriores, que componen la fachada. De este modo, bastante más económico en lo que refiere a material, decidí dar forma para aprovechar al máximo ese material, que hubiese quedado en el olvido o en el peor de los casos, en el escombro.
Tras realizar una serie de medidas y algún que otro diseño imaginario, comencé a triar de los distintos retales por tamaños, para así de este modo llegar hasta completar dicho proyecto. Dado este primer paso, comencé a marcar y cortar las losas, al mismo tiempo que redistribuía estas en sus lugares preseleccionados con anterioridad, así hasta conseguir llenar todo el hueco de la entrada rústica en piedra. Una vez hecho esto, comencé a pegarlas con mortero de cemento, dejando suficiente holgura entre piezas para realizar un rejunte bien hecho (1 cm, 1,5 cm de llaga, es una buena medida para la piedra) ya que esta en su posterior acabado iría llena con el mismo mortero del pegado, también hay que tener especial cuidado, aunque se trate de un trozo reducido, la desigualdad de las losetas en su grosor, el cual hay que tener muy en cuenta, para evitar que este quede deformado con altos y bajos, que una cosa es que sea rústico y otra muy diferente que quede un trabajo mal ejecutado, ya que lo rústico siempre es más bello si está bien terminado y no aferrarnos o interpretar, rústico con basto o mal acabado.
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