En el mundo de la construcción, siempre habido una amplia gama de productos, tanto para interiores como para exteriores, de ahí que cuando debamos tomar una decisión y para que esta sea la correcta, siempre procuraremos dejar en manos de profesionales del sector, para que estos nos aconsejen sobre la calidad y de este modo acopiar cuanta más información mejor.
Todos los productos que se utilizan para construcción tienen su certificado de control de calidad en el cual se detalla claramente todas sus características, el ladrillo cerámico está entre ellos.
Cuando realizamos cerramientos perimetrales interiores y distribuciones con productos cerámicos, por lo general se suelen usar dos tipos de ladrillo, dentro de una amplia gama en lo que a medidas corresponde: ladrillo hueco sencillo L*A*H [Cm] en sección métrico [24*4*11,5]-[40*4*20] en medida catalana [28*4*13]-[50*4*20], existen otras medidas, pero los más utilizados suelen ser estos en la construcción de tabiques perimetrales interiores.
Luego para lo que sería la distribución, distinguir unas estancias de otras para ser más concreto, se utilizaría el ladrillo hueco doble, aconsejable por poseer mayor consistencia, sobre todo a la hora de realizar los diferentes pasos de instalaciones: [24*7*11,5]-[30*7*15]-[40*7*20]-[50*7*20], siendo estas medidas las más utilizadas. Estos serían ladrillos con perforaciones en el canto o testa en formato tradicional, también los hay de gran formato.
Es aconsejable en el formato tradicional, humedecer el material a trabajar siempre y cuando el fabricante diga lo contrario, cosa que si es así vendrá ya explicito en el embalaje del mismo material que adquiramos. Si no es así, es preciso hacer ese tratamiento si queremos que quede bien unido, de lo contrario el mortero secará demasiado rápido sin dejar que el ladrillo absorba la cola, por lo que este quedará suelto, con lo que con el tiempo marcará fisuras el tabique.
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